Colombia amaneció de luto político. Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial y figura de la oposición, falleció este lunes luego de permanecer dos meses en estado crítico por un atentado que sufrió en Bogotá el pasado 12 de junio.
Ese día, Uribe Turbay lideraba un acto de campaña en un parque del barrio Modelia cuando fue atacado a balazos. Recibió dos disparos en la cabeza y uno en la pierna izquierda. Desde entonces, su salud se mantuvo en estado delicado, hasta que no resistió las graves heridas.
Las autoridades identificaron como presunto autor material a Elder José Arteaga Hernández, alias “El Costeño”, un menor de 15 años detenido bajo estricta custodia. Además, hay otros cinco arrestados y la investigación apunta a que miembros de la desmovilizada guerrilla FARC podrían estar detrás del ataque.
Uribe Turbay, abogado formado en la Universidad de los Andes y con estudios de posgrado en la Universidad de Harvard, se había posicionado como una de las figuras jóvenes con mayor proyección en la política colombiana. Casado desde 2016 con María Claudia Tarazona y padre de un niño de cinco años, combinaba su perfil académico con una intensa actividad pública.
Su carrera política comenzó en 2011, cuando con apenas 25 años fue elegido concejal de Bogotá por el Partido Liberal. Integró un grupo de dirigentes marcado por tragedias familiares, como el actual alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, hijo de Luis Carlos Galán, y la congresista María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro Leongómez, ambos asesinados en plena campaña a finales del siglo XX.
La muerte de Uribe Turbay reabre un viejo debate en Colombia: la seguridad de los candidatos en medio de un clima electoral cada vez más tenso y violento.