La reciente modificación en la Ley de Alquileres ha generado diversas opiniones en el ámbito inmobiliario argentino. A continuación, se detallan los puntos más relevantes de la Nueva Ley y cómo estos contrastan con la normativa anterior.
La duración de los contratos se mantiene en 3 años, la actualización se realiza cada seis meses y se basa en el coeficiente Casa Propia que toma en cuenta el menor indicador entre el promedio de la variación salarial del último año y el promedio de la inflación del mismo período. Su introducción busca ofrecer un reflejo más preciso de la realidad económica del país, considerando tanto la variación salarial como la inflación.
Alquileres y AFIP
La obligación de registrar los contratos en AFIP queda intacta y no se modifica.
Los ingresos generados por el alquiler de viviendas quedan fuera del monotributo. Es decir, que no se computa el ingreso como parte de los ingresos del monotributo. Entonces, no afecta a la re-categorización porque no se computa. Esto es sólo para el alquiler de hasta 2 (dos) viviendas.
Un 10% del monto total anual del contrato es deducible de Ganancias. Esta regla aplica tanto a locador como locatario.
Regulación adicional
Algunas otras reglas introducidas en la Nueva Ley de Alquileres incluyen la siguiente normativa:
- Pago por adelantado: se prohíbe a los propietarios solicitar el abono de alquileres con varios meses de anticipación.
- Anuncios en pesos: todas las publicaciones relacionadas con alquileres deben expresarse en moneda local, es decir, en pesos argentinos.
A pesar de los cambios, especialistas señalan que la actualización basada en el coeficiente Casa Propia no necesariamente representa una mejora en la oferta de alquileres.
La actualización semestral, a primera vista más atractiva para los propietarios, podría tener un impacto similar a la actualización anual de la ley anterior.