El anuncio del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de renunciar a la carrera presidencial ha dado un nuevo impulso a la contienda electoral y ha abierto un escenario incierto para el país. La vicepresidenta Kamala Harris, tras recibir el respaldo del mandatario como candidata, ha cosechado en las últimas horas una avalancha de apoyos en las filas demócratas.
La campaña de Biden ha pasado oficialmente a ser la campaña de la vicepresidenta, que ha recaudado 47 millones de dólares (45,5 millones de euros) en apenas una tarde gracias a donaciones de los militantes. “Mi intención es ganar esta nominación”, ha dicho Harris.
El expresidente Barack Obama elogió a Biden como “patriota” pero ni él ni la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, están de momento entre los demócratas que respaldan a Harris. El candidato republicano Donald Trump ha reaccionado asegurando que Biden, de 81 años, no estaba en condiciones de presentarse. Los líderes republicanos le exigen que dimita ya.
La propuesta de Kamala Harris como candidata demócrata.
El presidente abandonó su campaña poniendo fin a su intento de reelección. El anuncio sin precedentes, a menos de cuatro meses antes de los comicios, trastocó la campaña.
El presidente, decidido a cumplir el resto de su mandato en el cargo, rápidamente respaldó a la vicepresidenta Kamala Harris para enfrentarse a Trump y alentó a su partido a unirse detrás de ella, convirtiéndola instantáneamente en la favorita del partido para la nominación en su convención de agosto en Chicago.

El anuncio es el último sacudón en una tumultuosa campaña para la Casa Blanca, y se produce una semana después del intento de asesinato de Trump en un mitin en Pensilvania.